Drúnvalo Melchizedec es uno de los pocos hombres que comprende la relevancia mística que el continente Sudamericano posee dentro la historia terrestre y la implicación magnífica que trae para el futuro; su pasado se remonta a la antigua Lemuria, continente hundido hace milenios y cuyos habitantes luego escogerían habitar en el Lago Sagrado: el Lago Titicaca; de ahí vienen las leyendas de Viracocha y los dioses solares. Estos seres luego dejarían sus templos y sabiduría por toda América y posteriormente crearían la Atlántida.
Los Andes aún se erigen como la morada de estos seres arcaicos y como hontanar donde descansa un conocimiento impresionantemente antiguo y definitivo. No en vano Drúnvalo nos dice que el punto energético, más importante de América y del Mundo se halla al norte de Chile:
Esta fuente transmutaría en el nuevo polo espiritual antaño ocupado anteriormente por el Tíbet.
Sólo ahora comenzamos a comprender la relevancia de estas tierras, sólo ahora es cuando los grandes maestros y guías espirituales de las Américas (Hopis Quiches, Mayas, Aymaras) comienzan a revelar sus más secretos misterios y mensajes, uno de ellos es el fascinante calendario maya; otro la leyenda del cóndor y el águila.
Drúnvalo Melchizedek nos trae un conocimiento nacido principalmente de su experiencia y los eventos singulares en que se halla envuelta su vida. Es también uno de los pocos hombres a quien le está permitido hablar tan abiertamente y con tanta profundidad de los mitos y profecías arcaicas, profecías que cada día cobran mayor relevancia y que lentamente nos muestran el verdadero rostro de la humanidad y el Cosmos en que habitamos.
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