sábado, 27 de junio de 2015

El sentido común clasifica las pinturas rupestres como expresiones primitivas.
La mayoría de los comentaristas sólo ven aquí a veces torpes y a veces más refinados ejercicios de la expresión artística.
Es tan obvio. Es fácil y  reconfortante. Para algunos es divertido, para otros es eficaz. Los primeros burlandose de la simplicidad y de la torpeza de aquellos indígenas. Nadie quiere ir más allá de las apariencias.
Pero la realidad es más sutil y compleja.
Basta observar más de cerca para ver los índices que matizan la interpretación usual. Entonces, encontráremos un discurso de imágenes y símbolos extremadamente extraños y desconocidos, y además, de hechura perfecta.
 

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