sábado, 20 de junio de 2015
Las almas de los Botocudos
Los Krenak eran cazadores predominantemente semi-nómadas y recolectores, y su organización social se caracterizó por el fraccionamiento constante del grupo y por la división del trabajo establecida por sexo y edad.
Su sistema religioso se centró en las figuras de los Maret y en los espíritus encantados de sus muertos, los Nanitiong, que fueron responsables de la fecundación de las mujeres y quiénes anunciaban las muertes.
Los Maret, que habitan en los niveles superiores, fueron los grandes organizadores de los fenómenos naturales; entre ellos, el más importante fue el Maret-khamaknian, el héroe que creó al hombre y el mundo, un ser benévolo que fue el civilizador de la humanidad.
Otras entidades del panteón religioso Botocudo eran los espíritus de la naturaleza: el Tokón. Ellos fueron los encargados de elegir a sus intermediarios en la Tierra, los chamanes, con quien tuvieron contacto durante los rituales y que, casi siempre, fueron los líderes políticos del grupo también.
Había también las almas, espíritus que habitaban en los cuerpos de los seres humanos y fueron adquiridos por lo general cuando el niño alcanzó los 4 años de edad.
El alma principal deja el cuerpo durante el sueño, y cuando se perdió la persona se enfermó; antes de que una persona muera su alma principal murió en el interior del cuerpo.
Las otras seis almas que habitaban el cuerpo siguen al cadáver al sepulcro, llorando mientras flotan por encima de él; aunque son invisibles para los miembros de la comunidad presentes en la ceremonia de entierro. Si no se cumplen sus necesidades de alimento y la luz, estas almas complementarias podrían convertirse en jaguares y amenazar al pueblo, porque, si no comen, ellos morirían de hambre.
Pocos años después de la muerte de la persona los buenos espíritus vienen desde el nivel superior a llevarlos a su espacio, del que no volveran.
A partir de los huesos de los muertos aparecen espíritus que viven en el mundo subterráneo.
Son grandes espíritus negros que vagan en el pueblopara atacar a los vivos, especialmente las mujeres, asustando a todos mediante golpes fuertes en el suelo y golpeando a los animales hasta matarlos. Las víctimas se defienden al tratar de vencer a estos espíritus y evitan salir por la noche.
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