La cultura Quimbaya está localizada, al interior y alrededor de lo que hoy se conoce en Colombia como el Eje Cafetero; vecinos de los Parché y de los Muiscas.
Viviendo en un benigno clima templado pudieron cultivar una gran variedad de productos: maíz y yuca como base alimentaria, aguacates, guayaba y guaba. Se nutrían también de la pesca y caza, y eran excelentes apicultores, con lo que la miel de abejas no faltaba en su alimentación.
Eran también intensos cazadores. La caza les proporcionaba carne de conejo y de venado en abundancia, pero también, que se sepa, cazaron zarigüeyas,dantas, armadillos, zorros y pecaríes, entre otros animales cuyos vestigios han sido hallados.
La minería era fundamentalmente aurífera. Desarrollaron técnicas de metalurgia avanzadas para procesar el oro de un modo colmado de estética y finos acabados. Las abundantes piezas quimbayas que se han encontrado son motivo de admiración para los visitantes de incontables museos colombianos y extranjeros; el nombre «quimbaya» se ha convertido en un término tradicional genérico para referirse a muchas de las producciones y objetos encontrados en esta zona geográfica, así no provengan rigurosamente de la etnia misma y provengan de diferentes épocas en el tiempo.
«Quimbaya» es un término ya mundial e históricamente famoso en los círculos arqueológicos e incluso a nivel popular.
Como industriales se destacaron además de la producción de piezas de orfebrería, en la fabricación de aceite para alumbrado, y en su industria textil, de la que no han sobrevivido piezas dadas las pobres condiciones geológicas para su preservación. La confección de mantas de algodón era en realidad su principal industria.[2]
Como comerciantes intercambiaban sus piezas de orfebrería, mantas, textiles y oro, con pueblos del vecindario y aun lejanos. Para destacar, está también la explotación y el comercio que hacían con la sal, extraída de los ríos mediante técnicas de ebullición de agua bajo el fuego.
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